martes, 26 de marzo de 2013

Lilith la primera mujer feminista.


Aunque todo sea un cuento de la iglesia sobre el rollo del Paraíso y sus primeros moradores, tengo que admitir que me encanta la historia o leyenda, como prefieran decir, sobre la verdadera primera mujer que pisó el Paraíso, que no es otra que Lilith.
Lilith considerada demonio y vampiro, la mujer malvada y arpía por excelencia. Pero en todo esto disculpen pero discrepo.  Todo es un cuento machista para que todas las mujeres del mundo sean unas esclavas del sexo masculino.
 Según la leyenda, Lilith fue expulsada del Paraíso por no someterse a su marido “Adán”, por tener una mente clara, por querer hacer lo que ella quisiera, no por lo que un hombre mandara. Claro Dios al verse en tal movida, no tuvo otra idea más imbécil que  extraer una costilla a Adán para hacer otra mujer “Eva” con todas las características de una mujer dócil y frágil. Faltaría más nosotras venimos de una costilla y encima de un hombre, venga ya. Eso no se  lo cree nadie.
Lilith fue desterrada a vagar por el mundo sola sin ayuda de nadie, pero pudo y sin ayuda de ningún hombre.  Otros dicen que fue enviada al mismísimo infierno, y convertida en un ser grotesco y sediento de maldad. Aquí otra moraleja masculina, pórtate bien con el hombre que si no, vas a sufrir y mucho.  Machismo puro y duro.
Aquí no quiero entrar en contar la historia de Lilith, muy interesante por cierto. Quería reflejar que desde tiempos inmemoriales a las mujeres nos han tenido sumidas bajo el poder de los hombres. Perseguidas, torturadas por la Inquisición, que no eran otros que hombres reprimidos. Y siglos tras siglos igual. Y lo más duro de todo esto es que hoy en día las mujeres siguen los pasos de la desdichada Eva, la mujer perfecta para un hombre: sumisa, dominable y sin cerebro alguno. Mujeres creadas para el disfrute del macho. Del hombre fuerte…Triste pero cierto.
 Y claro más de una, al leer estas palabras, me tachará de fea, gorda, lesbiana y demás adjetivos que ya me he cansado de escuchar. Pero la verdad, me importa un pimiento, prefiero eso a que me consideren una muñeca vacía completamente. Y dominada por el hombre.

Señoras, señores os presento a la madre de todas la mujeres libres, LILITH.